Viedma.- La titular de la Oficina de Asuntos Tutelares, Estela Bahamonde contó a El Delitometro sobre el trabajo que se realiza desde esa área para el resguardo de los menores en conflictos con la ley. Se incrementó la cantidad en relación al año pasado y señaló que faltan programas para abordar la problemática desde la familia misma.
“Se garantiza la estadía del menor en el lugar y se le da conocimiento en forma inmediata al área de Promoción Familiar que envía a los operadores que están con el joven hasta que son reintegrados a sus padres o puestos a disposición del juez. Se informa inmediatamente a los padres, al médico policial que certifica el estado en el que se encuentra el menor”, detalló Bahamonde sobre el procedimiento al momento de la demora.
Desde la Oficina de Asuntos Tutelares también se trabaja en informar de la situación de cada caso a los organismos encargados de brindar la contención a los jóvenes menores de edad. Actualmente están trabajando con los que ingresan en la jurisdicción de la Comisaría 34. “Hay un proyecto que está muy avanzado en la posibilidad que todos los menores ingresen a la unidad, pero el tema de la infraestructura es lo que más traba ese tema, porque no contamos con el espacio para alojar a todos los menores en la oficina”, comentó Estela Bahamonde.
En cuanto al ingreso de menores de edad, Bahamonde contó que varía de un fin de semana a otro, pero que actualmente tienen tipificados 184 ingresos en lo que va del año, en los cuales hay muchos casos reincidentes. “Comparado con el año pasado hay un incremento de ingresos de alrededor de 19 menores más que en septiembre de 2009”, informó.
Muchos son reincidentes y acumulan la mayor cantidad de causas y el tratamiento tutelar que maneja el juzgado depende de cada situación. “En función de cómo está establecida la ley provincial de protección al menor, se trata de que vuelva al seno de la familia y no alejarlo de ese entorno. El juzgado se guía por informes que se hacen desde el área de Promoción Familiar, realizan un seguimiento y determinan la situación del joven”.
Bahamonde explicó que “el contexto familiar de esos menores en conflicto con la ley es muy complicado y muchas veces se decide regresarlo al hogar y esos lugares no son los más apropiados para que permanezcan, tampoco los institutos, pero la gran falla está en el seno de la familia”.
Remarcó que el trabajo que habría que hacer es con la familia, porque es el grupo residente del menor. “Si se trabaja solamente con el menor, se trata de encaminarlo, pero después se lo devuelve al entorno familiar que se encuentra desintegrado y hay muchos inconvenientes es difícil que pueda encaminarse”, remarco la trabajadora del área de Asuntos Tutelares.
Por otra parte, explicó que el juzgado no hace más que garantizar el tema del menor como lo establece la ley dependiendo de cada situación. “Generalmente se dice que en estas situaciones deberían trabajar la policía y la justicia que terminan funcionando cuando la situación ya está y hay otros organismos que deberían evitar la situación o una vez que suceden hacer el seguimiento correspondiente, falta el compromiso de otras instituciones y de la comunidad. O lo arreglamos entre todos o no lo podemos arreglar”, finalizó Estela Bahamonde.
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